miércoles, 28 de enero de 2009

GUIONES

Este es un guión policial, negro, del tipo de los que publicaba en Skorpio, en los '80. De hecho, este lo armé en una tarde de mates y vino, en la cocina de Gustavo Trigo, en el barrio de Palermo. Era demasiado fuerte para Record. Hoy no. Ah, número 5597.


Pólvora y crema Jorge Claudio Morhain ©


1.
(Boliche de baja estofa, muy de plástico. Greta hace un lento strip tease. Plano alejado, contrapicado)

(Texto)
Era de noche. Y ella, de noche, era lisa. Lisa, del color de la crema, sobre la cruda tarima, abrazada a una columna y moviéndose al compás tecno.

2.
(Se va alejando la cámara, mostrando el boliche)

El olor de su cuerpo, que entonces presentía, me sería revelado mucho después, protegido por un Chevrolet con los neumáticos reventados a balazos.

3.
(Ahora vemos a Castro, gordo, aspecto de político corrupto. Brinda hacia el escenario, sentado a una mesa)

(Texto)
Yo le hacía de sombra al pájaro gordo que brindaba en dirección al escenario. De sombra a sueldo. Y sin brindar.

4.
(Chávez, el protagonista, aspecto de duro. Bebe su whisky en la barra, desviando la vista del escenario)

(Texto)
Un retome de mi oficio, ya sin la lata oficial. Tal vez para demostrar algo. Tal vez para descubrir mi última chance...

5.
(Texto)
Era un trabajo cansador. Fatigoso. Mucha crema movediza. Y el gordo que no quería saber de cuarteles de invierno, reincidiendo con los brindis.

6.
(Detrás de él, ahora la ve, está la copera Marga)


(Marga)
¿Se nos puso nostálgico el cana...?

(Chávez)
Nnh...

7.
(Texto)
No tengo chapa por balear a un menor... Un menor de 90 kilos, con navaja, una dosis padre y unas ganas epilépticas de cargarse al primer mono que se le cruzara. Que era yo.

(Chávez)
Soy del montón, ahora. Hace tres meses. Me rajaron por descontrolado, Marga.

8.
(Marga)
No te creo. A menos que nos hayan descubierto en la Costanera, el 30 de julio, cuando te pusiste imposible...

9.
(Chávez)
Buena memoria, Marga. Pero nuestra intimidad está a salvo. Soy un ciudadano nostálgico, buscando amores fugaces y olvido.

(Marga)
Joya, entonces. Puedo ofrecerte...

10.
(Chávez señala al escenario con el vaso)

(Chávez)
Otra noche, Marga. La que me interesa hoy es aquélla.

11.
(Marga)
¿Esa? Esa es demasiado cara para cualquiera. Margarita, en cambio...

12.
(Chávez)
¿Cara, en este gallinero? ¿O están de revalúo, Marga?

(Marga)
Pasa que el gordito la está bancando, ¿no lo viste? En cualquier momento se van juntos, como todas las noches...

13.
(Chávez acaricia la cabeza de Marga, atrayéndola como en un diálogo íntimo)

(Chávez)
Dale, contame de ellos dos, Margarita.

(Marga)
¡Bueno, al menos así consigo un mimo!

14.
(Marga)
No te creas que se mucho. Es la típica. Viene el gordo, se relame. Después se sientan en la mesa y él exhibe billetes bien grandes. Monte, el dueño de este antro, feliz. Es la mejor mesa.

(Chávez)
¿Dónde se la lleva?

15.
(Marga)
¿Qué sé yo? Supongo que a un hotel... ¡No, pará, que me dijeron que el redondo le alquiló un chalet con vista al río, al norte!

16.
(Chávez)
Me tenés que conseguir la dirección, Marga.

(Marga)
¿Y yo qué voy en la botoneada?

17.
(Chávez)
Una vez me diste una mano. Y no te arrepentiste, ¿no?

(Marga)
¿Quiere decir que ahora tampoco me voy a arrepentir?

18.
(Un matón con pinta de anabolizado -Lopecito- viene en dirección a Chávez, por su espalda)

(Chávez)
Me pagan por investigar al obeso. Parece que mete los ganchos en plata ajena.

19.
(Lopecito golpea la espalda de Chávez como quien llama a una puerta)

(Chávez)
Toc, toc. ¿Quién es?

20.
(Lopecito)
Monte quiere verte.

(Chávez)
Ah, ya veo. Quiere agradecerme algo, sin duda.

(Marga)
No vayas.

21.
(Chávez va hacia la trastienda, donde espera Monte, seguido de Lopecito)

(Chávez)
¿Es tu jefe, no?

(Marga)
No tengo. Ni jefe ni proxeneta.

(Chávez)
Da igual.

22.
(Monte)
¿Por qué no te las tomás, Chávez? Nunca te imaginé tan infeliz como para venir a rondar, despojado como estás. No me gusta que vigiles a mis buenos clientes, Chávez. Y mucho menos a mis mejores clientes.

(Chávez)
¿Ahora me tuteás, roña? ¿Cambiaron los tiempos, eh?

23.
(Monte)
Mirá lo que voy a hacer: te voy a dar una paliza y me la vas a agradecer. La próxima llamo a la comisaría e invento cualquier cosa. Ahora que no estás adentro, verás que tengo buenos amigos ahí.

24.
(Chávez, de costado, pega una patada en los testículos de Lopecito)

(Texto)
No había que esperar la carroza...

25.
(Lopecito le pega una trompada casi sin impulso, neta)

(Texto)
Pero el matón de Monte los debía tener de fierro. O no los tenía.

26.
(Le pega otra en el estómago)

(Chávez)
¡Uf!

27.
(Chávez semidesmayado en el suelo. Monte se limpia los zapatos en su camisa)

(Monte)
Siempre quise limpiarme los zapatos en la camisa blanca de un cana.

(Lopecito)
¡Ja, ja, ja!

28.
(Sentado en el cordón de la vereda, sucio, estropeado, detrás el boliche)
(Texto)
No hay caso. Uno sabe que van a dársela e igual pone la jeta. Vocación de muñeco de feria, que uno tiene. Para peor, los novios ya se habían ido.

29.
(Mismo enfoque, Marga con un tapadito de piel sintética, parada a su lado)

(Marga)
Te fajaron, boludo.

(Chávez)
Cagate de risa.

30.
(Marga le da un papelito subrepticiamente, mirando a los costados)

(Marga)
Ahí está la dirección. Ahora andate, dejá de ensuciar la vereda.

31.
(Marga)
Y cuidate. Quiero otro paseo por la Costanera, ¿eh?

32.
(Chávez se aproxima, en su Chevrolet de modelo viejo -¿400?-, al ventanal de un chalet moderno)

(Texto)
Mi viejo Chevrolet rezongó pero me llevó hasta la costa. El chalet era un palacete. Y la vista al río venía de una ventana panorámica y super privada.

33.
(Texto)
Ahí estaba el gordo, haciendo el estúpido con su bailarina. Se los veía incluso cuando estacionaba mi troncomóvil.

34.
(Texto)
No había perros. Ni de cuatro ni de dos patas. El gordo tenía tanta guita que ni guardaespaldas precisaba.

(Chávez)
Poca clase. Esa ventana es una película en Cinemascope...

35.
(Texto)
Pero de clase B.

(Greta)
¿Para cuándo vamos a concretar, gordito? Mucha paciencia no tengo, ¿sabés?

(Castro)
En mi próximo viaje. Te lo juro, negrita.

36.
(Greta)
Nunca había visto jurar a un sapo...

(Castro)
¿No? Yo vi desnudarse a una vaca, hoy... Lo que pasa que hay vacas lindas, y a mí me gustan...

(Greta)
Hay que ver lo que son necesidades...

37.
(Castro)
Nos necesitamos, Greta. Ya te dije que los jefes no ven mal que salga con putas, siempre que todo termine en el hotel. Puedo justificar muchos gastos.

(Greta)
Pero no tantos como los que tenés.

38.
(Castro)
No, ni tampoco la guita que estoy transfiriendo a mi nombre. Te juro que en la próxima salida volamos los dos juntos, con todo el paquete.

(Greta)
Con todos los comprobantes, dirás.

(Castro)
Seguro. ¡Tendría que traer un vagón si fuera efectivo! ¡Ja, ja, ja!


39.
(Chávez abre una ventana en el piso superior)

(Texto)
Nunca nadie asegura las ventanas del primer piso.

(Chávez)
El que come y no convida...

40.
(Entra a una habitación a oscuras)

(Texto)
Había oído bastante, o al menos para confirmar la hipótesis de mis patrones... y los del gordo, a los que estaba robando. Pero querrían algo más que mi palabra...

(Chávez)
(A buscar unos papelitos...)


41.
(Observa que Castro y Greta hacen el amor sobre un amplio sofá, el respaldo da hacia él y hacia el lector)

(Chávez)
(No debe tener ningún papel encima. Adán tampoco los tenía.)

42.
(Texto)
Hice un trabajo de ratón. Pero de ratón veloz, tipo Speedy González. No había nada en su ataché, ni en los muebles de la casa. Y la ropa que lle¬vaba puesta había caído como hojas secas junto al diván.

43.
(Chávez avanza en cuatro patas hacia el diván, del lado del respaldo)


(Texto)
Había que jugarse. El gordo removiendo la crema estaba por completo en otra. Y el respaldo me daba protección... si es que puede llamarse.

44.
(El diván se mueve, se ve una pierna de ella. Chávez revisa la ropa del gordo, tirado en el suelo, junto al diván)

(Chávez)
(¡Carajo!)

45.
(Chávez)
(No hay ni un papel. Sólo estas llaves... Del boliche de Monte. ¿Qué tal...?)

46.
(Castro, desnudo, apunta a Chávez por encima del respaldo del diván)

(Texto)
Entonces oí el ruido. Mejor dicho, dejé de oír el ruido. El sofá dejó de hamacarse...

47.
(Texto)
Castro tenía una pistola en la mano. ¿Qué hacía con una pistola (de las que hacen «pum») en el revoltijo con la torta de crema?

(Greta)
¡AAAH...!

48.
(Greta se pone un tapado de piel sobre el cuerpo desnudo)

(Greta)
Yo me voy. No quiero saber nada con estas cosas.

(Castro)
¡Quieta ahí, carajo!


49-

(Castro)
Levantate. Despacito.

(Chávez)
Quería pedirle un autógrafo...


50.
(Castro le pega con el plano de la pistola en la cara, que ya estaba magullada)

(Chávez)
¡Ugh!

51.
(Chávez queda tendido, aparentemente desmayado. Castro se viste rápida-mente. Greta se pone un tapado de piel sobre el cuerpo desnudo)

(Greta)
¿L-lo vas a liquidar, querido?

(Castro)
No, Greta. Tenemos un plan mejor...

52.
(Castro apunta a Greta)

(Castro)
¿Te creías que iba a dejar la casa sin custodia, como un boludo? Mis socios saben lo del desfalco, y me imaginé que me pondrían un detective atrás. Esperaba que el gil llegara un momento u otro, un día u otro. Por eso tenía siempre un chumbo preparado, en el sillón, bajo la cama, en cualquier lado.

51.
(Castro)
Acá va a haber un muerto, pero no él. Él va a trabajar de asesino.
(Greta)
¿Qué... qué te pasa? ¿No soy tu amorcito, gordo de mierda?

52.
(Castro)
¿Sabés quién sos, relajada? Sos la puta que este cana va a matar para llevarse unos com-probantes truchos, que se le van a mojar hasta volverse inservibles cuando se caiga al río borracho. ¿Te gusta?

53.
(Greta se le va encima, tratando de pagarle con los puños alzados)

(GRETA)
¡Porquería! ¡Hijo de mil putas!
(CASTRO)
¡Ja, ja, ja!

54.
(En el momento en que dispara Chávez lo embiste y el tiro se desvía)

55.
(Greta aprovecha y le patea los testículos)
(Castro)
¡¡Aaaaaah!!

56.
(Castro se vuelve, gritando, y pega con el revólver a Chávez, otra vez en la cara)
(Texto)
¡Ella le pateó los huevos, y el guacho se la agarró conmigo!

57.
(Castro agarra a Chávez por los hombros y le patea los testículos con la rodilla mientras Greta le pega a Castro puñetazos en la espalda)
(Castro)
¡Me duele! ¡Me duele!

58.
(Chávez se retuerce de dolor. Castro se va, disparando varios tiros. Greta se tira al suelo, Chávez rueda sobre sí mismo)

(Chávez)
¡Uh, uh, uh!

59.
(Greta consuela a Chávez, que intenta reponerse)
(Greta)
Pobre...¿Te duele?
(Chávez)
Por lo menos no nos mató...

60.
(Greta)
¿Qué vas a hacer, milico?
(Chávez)
No soy milico. Soy detective. Castro debe ir a lo de Monte. Me sacó la llave. Seguro que Monte le guarda los comprobantes de las transferencias robadas...

61.
(Tambalea hacia la salida)

(Chávez)
Vení, vamos al cabaret. Entre dos será más divertido...

62.
(Chávez patea una goma desinflada)

(Texto)
Pobre iluso. El gordo me había reventado las gomas a tiros.

(Chávez)
¡Me cago en el gordo!

63.
(Chávez se sienta en su auto. Ella a su lado)

(Chávez)
Ahora se me escapó. Y sus socios no me van a querer pagar ni las gomas. ¡Carajo!
(Greta)
¿Y yo que tengo que decir? Ni me pagó el servicio. Claro que no lo terminé, pero...

64.
(Chávez le abre el tapado. Debajo está desnuda)

(CHÁVEZ)
Si es por eso no te hagás ningún problema...

65.
(La boite de Monte. Magda está sola bebiendo en el bar)

(Texto)
El gordo Castro llegó a la boite de Monte un rato más tarde...
(Castro)
Hola. ¿Y Monte?

66.
(Magda está llorosa)

(Magda)
Se fue a la comisaría. Creo que iba a denunciarte por la muerte de Chávez, o de Greta, o de los dos...

(Castro)
¡Qué hijo de puta! Menos mal que esos están más vivos que nosotros dos...

59.
(Magda aliviada. Castro exhibe las llaves)
(CASTRO)
¡Vení conmigo! ¿Sabés qué abren estas llaves?
(MAGDA)
¡Se...guro, cariño!

60.
(Castro mira la caja fuerte abierta en el interior de la cual hay una cantidad de papeles. Magda esta detrás)
(CASTRO)
¡Ah, qué hermosura! ¿Sabés la guita que representan esos papeles...? Creo que voy a necesitar una mina como vos... ¿Te venís, Magda?

61.
(Magda le rompe una botella de whisky en la cabeza)
(MAGDA)
¡NO!

62.
(MAGDA)
Me pregunto... me pregunto qué estará haciendo el tarado de Chávez mientras yo le hago el trabajo sucio. ¡Uf!

63.
(General del Chevrolet con las gomas desinfladas. Viene llegando la policía, lejos aún)
Uno podrá ser un podrido ex milico, cansado de coima y manoseo. Pero algo se gana en esto de hacer el detective. Amigas de fierro, por ejemplo, como Marga. Capaces de cualquier cosa por una sesión de locura en la Costanera. O un poco de crema, ¿por qué no? Crema en un Chevrolet con las gomas reventadas a tiros...


FIN



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