martes, 15 de julio de 2014

1CxD02-086




1CXD02-086 14 de julio de 2014

Gestación

© Jorge Claudio Morhain

Se revolvió, como si algo lo molestara. Acaso sí, algo lo molestara. La charla inconsistente de sus ocasionales contertulios, basada en slogans y frases hechas, muchas con evidente mala leche, otras directamente absurdas. Por momentos, parecía que se acomodara mejor, para escuchar. Quizás estaba haciendo un inventario de palabras huecas, de tonterías populares o –para decirlo suavemente- de mitos urbanos. Había días que dolía, como si quisiera abrirse paso como fuera. Otros, los menos, dormía inadvertidamente. La presencia del sexo opuesto lo alborotaba, siempre, y parece que golpeaba las frágiles paredes clamando por saltar al mundo. Una patada, ahora. “¿Qué te pasa?”, preguntó una de las chicas. “¿Cómo, no sabés?”, acotó otro. “Quiere parir alguna cosa”. La nueva se rió, pero el resto no. El resto conocía mis síntomas, y ya no lo tomaban a risa. Adentro, seguía pegando patadas, y creo que puñetazos. Quizás fuese, al fin, la Gran Obra. Creo que fue esa impresión lo que disolvió de inmediato la reunión, y me fui a mi casa. Encendí la computadora, puse música extremadamente suave, y parí. Con todo el goce del parto anhelado, del huésped ansioso por recorrer al mundo. Era una novela. Quizás fuese, al fin, la Gran Obra.

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